España por fín en su sitio

La participación de España en la Cumbre del G-20 en Londres sobre la crisis económica internacional, en la Cumbre de la OTAN en su 60 Aniversario en Bruselas, en la Cumbre EU-EE UU en Praga con la participación del Presidente Obama y finalmente la co-presidencia del II Foro de la Alianza de Civilizaciones en Estambul ha significado un momento histórico del papel de España en las relaciones internacionales, sin precedentes en nuestra historia contemporánea que ha puesto por fin a España en su sitio.

Esta presencia española en las citadas cumbres tiene no solo relevancia por el retorno de nuestro país a la gobernanza mundial, sino que se produce además en un momento en que se empiezan a delinear los contornos de lo que será sin duda el nuevo orden internacional del Siglo XXI.

Hay que retrotraerse históricamente a la Conferencia de Algeciras en 1905, la última vez que España participó con los principales actores internacionales en el diseño de un nuevo sistema internacional, para situarnos en una coyuntura similar. Desde entonces, durante más de cien años, nuestro país ha estado ausente de las principales citas internacionales. No estuvo en 1945 en la Conferencia de San Francisco ni participó en Bretton Woods. Estuvo ausente en 1975 cuando se constituyó el G-6, ni en 1976 cuando se integró Canadá en el mismo, ni en 1998 cuando con Rusia se formó el actual G-8. Pero también rechazó participar, equivocadamente, en el G-20 en 1999.

Por el contrario, la política exterior del Gobierno socialista del Presidente Zapatero comprendió desde el primer momento que el nuevo orden internacional del siglo XXI solo podría construirse desde el multilateralismo y respondiendo a los nuevos desafíos y retos de la agenda global: la paz, la lucha contra el hambre, la reforma de NN UU, el cambio climático y la seguridad energética. Así se recogió en el programa electoral del PSOE en el 2004.

Pero además, la nueva política exterior española, frente al unilateralismo imperante en aquel momento, supo contribuir de manera positiva con nuevas iniciativas e ideas: una estrategia democrática global contra el terrorismo, un nuevo enfoque integral ante el fenómeno migratorio,  la Alianza de Civilizaciones y la apuesta por las energías renovables. A pesar de la incomprensión y de las criticas de la derecha neoconservadora, la nueva política exterior pudo desarrollarse gracias al consenso y el apoyo ciudadano, capaz de percibir los cambios profundos mejor que los pseudo-especialistas.

Si ello fue así en la primera legislatura, conviene recordar que las propuestas electorales del PSOE en 2008, elaboradas a finales del 2007, reclamaban con urgencia la reforma de las instituciones financieras internacionales dos años antes del desplome de Lehman- Brothers.

La crisis económica internacional, la victoria electoral de Barack Obama y el nuevo enfoque de su administración demócrata, paralelo al del Gobierno Zapatero, han puesto en valor lo correcto de la orientación de nuestra nueva política exterior socialista.

Todos estos elementos han quedado de manifiesto en las cuatro citas internacionales que, en cierta manera, suponen el comienzo de un “nuevo proceso constituyente global”. Cada una de estas Cumbres responde a las dimensiones básicas de la nueva agenda internacional: gobernanza económica mundial (Londres), nuevo concepto de seguridad (Bruselas), reconstrucción del lazo transatlantico (Praga) y el nuevo pilar político cultural del multilateralismo, la Alianza de Civilizaciones, en Estambul.

¿Cómo valorar la nueva situación? España no solo ha estado presente en todas estas citas, poniendo fin a “cien años de soledad”, sino que a diferencia de 1905, cuando por su decadencia nuestro país solo pudo participar pasivamente, ahora lo hace como un actor respetado proyectando los valores de la modernidad, de la paz y de la lucha contra la pobreza, desde la legitimidad que otorgan 20 años de crecimiento económico y cambio social sostenidos.

Conviene por lo tanto detenerse en cada una de estas Cumbres:

1- Cumbre del G-20 de Londres contra la crisis económica.-

La Cumbre del G-20 en Londres supone el comienzo de la inflexión en la crisis económica internacional, gracias a la coordinación de las políticas anti-cíclicas de las principales economías del mundo. España ha participado desde la solidez de su sistema financiero, gracias a su sistema de regulación desde el Banco de España, y el ejemplo de la intervención de sus poderes públicos, superior al 2% del PIB,  para asegurar la inversión en bienes y servicios públicos, el consumo y los beneficios sociales del conjunto de la población.

Nuestro mensaje en Londres ha sido la necesidad de regular los mercados financieros y apoyar a la economía real desde las familias y las empresas, rechazando los paraísos fiscales o practicas poco ortodoxas en los mercados, apoyando a las instituciones financieras internacionales y la intervención de los poderes públicos, condenando el proteccionismo para apoyar el comercio internacional. La reunión del G-20 de Londres ha transmitido un mensaje de diagnóstico común de la crisis, de voluntad de intervención y coordinación para salir de ella y de extensión de esa intervención a las economías más débiles, a través de la reforma del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, para que puedan superar ellas también la crisis internacional y mantener los Objetivos del Milenio en la lucha contra la pobreza. España fue uno de los países participantes que más insistió en este objetivo común. Es un mensaje ante todo de confianza, de confianza en la coordinación internacional, frente a la resignación pasiva ante el sufrimiento de los sectores menos desarrollados y más pobres de la economía internacional.

España ha consolidado en Londres su posición en este concierto internacional de las principales economías, tras su participación inicial en la Cumbre de Washington, lo que es un importante éxito y una señal de reconocimiento internacional de nuestra modernización económica.

2- Cumbre de la OTAN en su 60 Aniversario.-

La Cumbre de la OTAN, que ha tenido lugar en Estrasburgo-Kehl, los días 3 y 4 abril, además de conmemorar el 60 aniversario de la Alianza, ha logrado resultados concretos:

Ha servido para reafirmar la fortaleza del vínculo trasatlántico y la vitalidad y cohesión de la Alianza, plasmadas en la presencia por primera vez del nuevo Presidente de EEUU, en la incorporación de Albania y Croacia como nuevos miembros, y en la normalización de la posición de Francia con su retorno a la estructura militar, que facilitará además las relaciones UE-OTAN y la dimensión europea de defensa, en línea con nuestros intereses. La Cumbre ha mostrado el compromiso de todos los aliados con la misión ISAF liderada por la OTAN en Afganistán, bajo mandato de Naciones Unidas.

La Cumbre ha permitido adoptar  un nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, contenido en la Declaración sobre Seguridad Aliada.  España ha sido uno de los países que habían preconizado la necesidad de una puesta al día del Concepto, que adapte la Alianza para hacer frente mejor a los retos de seguridad del Siglo XXI, que son crecientes, más globales y más interrelacionados entre sí (terrorismo, proliferación, Estados fallidos, narcotráfico, piratería, etc).  A este último respecto, hemos puesto especial énfasis en las relaciones con los países del Diálogo Mediterráneo, de Oriente Medio y del mundo musulmán, a las que la OTAN debe prestar mayor atención. También se ha avanzado en la Cumbre hacia la plena normalización de la relación estratégica con Rusia, que, sin perjuicio de las discrepancias existentes, resulta vital para hacer frente a retos comunes.

Finalmente, cabe resaltar el consenso alcanzado para el nombramiento del Primer Ministro danés Anders Fogh Rasmussen como nuevo Secretario General de la OTAN, gracias a los esfuerzos de mediación de España, lo que asegura la continuidad de los trabajos de la Alianza, a la que va a otorgar con toda seguridad un mayor peso de su dimensión política.

3- Cumbre UE-EE UU de Praga.-

La Cumbre Unión Europea- Estados Unidos de Praga ha sido el escenario del primer encuentro del Presidente Obama con la Unión Europea. Simbólicamente, ha cerrado las diferencias y desencuentros entre Europa y la anterior Administración norteamericana, y entre la “vieja” y la “nueva” Europa. La Cumbre ha permitido que todas las partes se reconozcan en los valores compartidos que la nueva Administración Obama ha sabido reformular en un programa de progreso y desarme. Hay que destacar en este sentido el discurso histórico del Presidente Obama y su compromiso de poner fin a los arsenales nucleares en el mundo.

Al mismo tiempo, la celebración de la Cumbre UE-EE UU inmediatamente después de la Cumbre de la OTAN marca la complementariedad de la solidaridad transatlántica con  la autonomía del proyecto de construcción europeo. En este sentido, el propio programa de progreso de la Administración Obama debe ser un acicate para renovar y relanzar la construcción política de Europa, que es mucho más que un mercado único.

La Cumbre de Praga prepara el camino de la Cumbre UE-EE UU del 2010 bajo Presidencia española. Como ocurrió en 1995, cuando durante la segunda presidencia española, la UE adopto a iniciativa de nuestro país una Nueva Agenda Transatlántica, la Cumbre del 2010 debe permitir una renovación  de las relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos, en el horizonte del Siglo XXI, justamente cuando se cumpla el XX Aniversario de la Declaración Transatlántica.

Además de la renovación institucional y jurídica de los instrumentos de la relación transatlántica, una nueva relación entre la Unión Europea y Estados Unidos exige el esfuerzo común en la agenda global del siglo XXI: medidas eficaces contra el cambio climático y por la seguridad energética, el desarrollo sostenible, la lucha contra la pobreza y por la consecución de los Objetivos del Milenio, la igualdad y la democracia como valores universales. De la misma manera que ya colaboramos juntos en las políticas globales contra la crisis económica.

El encuentro bilateral de los Presidentes Obama y Zapatero con ocasión de la Cumbre de Praga, su rápido entendimiento y el hecho de compartir una visión de progreso y de futuro, permite vislumbrar una importante colaboración de España y Estados Unidos en este marco institucional.

4- II Foro de la Alianza de las Civilizaciones en Estambul.-

La iniciativa Alianza de Civilizaciones, asumida por el Secretario General de Naciones Unidas en el año 2005 y copatrocinada por España y Turquía, ha entrado en Estambul en una fase de consolidación tras más de tres años de recorrido.

La celebración del II Foro de la Alianza en Estambul es una confirmación de que la Alianza de Civilizaciones figura en la Agenda Internacional de pleno derecho. Es una aportación significativa a los nuevos enfoques basados en el derecho internacional y el multilateralismo que deben presidir las relaciones internacionales. Como iniciativa clave de las Naciones Unidas para el buen gobierno de la diversidad cultural y convertirse en su pilar político-cultural.

El II Foro ha tenido lugar los días 6 y 7 de abril de 2009. Ha congregado a un número importante de líderes políticos, Jefes de Estado y de Gobierno,  Ministros de Asuntos Exteriores y otros Jefes de Delegación de los países y organizaciones internacionales miembros del Grupo de Amigos, así como de otros países en calidad de observadores. Han participado asimismo representantes de la sociedad civil, líderes religiosos y culturales, ONGs, corporaciones, representantes del mundo académico, de las entidades locales, etc.

El Presidente del Gobierno ha participado en la Sesión de Inauguración junto con el Primer Ministro turco, el Secretario General de las NN.UU y el Alto Representante para la Alianza de Civilizaciones. El Presidente Obama participó en la recepción del II Foro y posteriormente, en su discurso en Estambul se dirigió al mundo arabo-musulmán en los mismos términos que articulan la Alianza de Civilizaciones.

En definitiva, cuatro citas históricas que revelan el inevitable proceso de transformación del orden internacional, en el que España no solo ha sido mero espectador, sino activo y sustancial participante con el liderazgo del Presidente del Gobierno. Esta participación, que sitúa a España por fin en su sitio, queda reflejada en las palabras del propio Presidente Obama: “He disfrutado trabajando con él (Zapatero) estos días. Es alguien que entiende bien no solo la extraordinaria influencia de España en el mundo, sino que también toma su responsabilidad con mucha seriedad (…) Estoy contento de poder llamarle mi amigo”.

“La extraordinaria influencia de España en el mundo” y la asunción de “su responsabilidad con mucha seriedad” son las dos ideas que sintetizan el lugar y la actuación de España en el nuevo orden internacional del Siglo XXI.