Sean mis primeras palabras de agradecimiento a Finlandia, Presidencia en ejercicio, por su ingente y eficaz trabajo, y por su grata hospitalidad. Hace tan solo un año, Madrid acogió el Consejo Ministerial de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, y tengo muy presente aún el esfuerzo que realizamos los Estados participantes y el que sostenemos para adecuar esta Organización y sus dimensiones a los retos y desafíos del siglo XXI.
Este año nos ofrece un intenso y complejo balance: convocatorias electorales y misiones de observación, renovación de mandatos y profundización de cometidos: terrorismo, energía y medio ambiente, por poner sólo algunos ejemplos; aunque ha venido marcado por el enfrentamiento en el Cáucaso del pasado mes de agosto. Éste ha puesto de relieve la importancia de la OSCE en los ámbitos de la prevención, gestión y resolución de conflictos.
La confrontación en Georgia nos desvela que no existen conflictos congelados, sino latentes con mayor o menor intensidad. La mejor fórmula para evitarlos es suprimir la tensión para que no se transforme en violencia y afrontar la solución de los contenciosos por las vías política y diplomática. Impulsar el diálogo y la concertación efectiva, y estimular climas de confianza que amplíen los cauces alternativos al uso de la fuerza.
La posición española en esta crisis es sobradamente conocida y se ha expuesto en diversos foros internacionales. Sin embargo, quiero insistir en el respeto al principio de integridad territorial que defiende España con absoluta firmeza y en todas las situaciones, por considerarlo un pilar insustituible para el mantenimiento de la estabilidad y la legalidad internacionales.
Defendemos también la necesidad de restaurar y mantener abiertos los canales de diálogo entre todos los actores de un conflicto. El diálogo ha permitido abordar progresivamente todos los aspectos suscitados en esta crisis, empezando por el retorno de los desplazados o asegurar la permanencia de la Misión de la OSCE en Georgia, cuyos Observadores Militares desempeñan un papel estabilizador e incuestionable en la zona.
Señor Presidente,
Debemos avanzar en el proceso de reflexión sobre el futuro de la seguridad en Europa y aprovechar los medios y la sólida experiencia de esta Organización. La estrategia de Maastricht sobre retos y amenazas del siglo XXI, nos situó ante una escena en la que la noción de seguridad adquirió nuevos perfiles. Cinco años más tarde nadie pone en duda que la percepción de seguridad viene condicionada por muchos adjetivos y complementos. Estados, gobiernos y ciudadanos coincidimos en que la seguridad debe ser global y pasa por reducir los riesgos de inestabilidad y combatir las amenazas difusas.
Es necesario que abordemos esta reflexión con voluntad y decisión, que se escuche y comprenda la posición, los intereses y las inquietudes de los Estados asociados. Debemos abordar las discrepancias con respeto y actitud dialogante, como pasos previos para construir la concertación efectiva que conduzca a acuerdos y tratados en las instituciones y organizaciones multilaterales, cuya utilidad es hoy incuestionable.
Mejorar la seguridad en su concepto más amplio requiere potenciar y armonizar el respeto a los Derechos Humanos, el fortalecimiento de la democracia y la defensa del Estado de derecho, así como la disposición de políticas para preservar la seguridad medioambiental y un desarrollo regional cada vez más equilibrado y sostenible. En este paradigma el vínculo trasatlántico debe ocupar un lugar preferente en nuestra Organización.
Señor Presidente…
Las dimensiones de la seguridad humana impulsan la adaptación y transformación de la OSCE y, en este sentido, considero que ha llegado el momento de crear un marco institucional apropiado para reforzar tanto la eficacia como el rigor de la Organización para estimular la pertenencia a un proyecto común, basado en valores compartidos entre los Estados participantes y los socios de cooperación. Creo que puede estudiarse la posibilidad de organizar a corto o medio plazo una Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno para impulsar las reformas de nuestra organización.
Desde una perspectiva global y equilibrada de nuestra seguridad es imprescindible contar con la colaboración de nuestros socios de cooperación mediterráneos y asiáticos. Debemos compartir con ellos nuestro compromiso político con la paz, la seguridad, la libertad, la democracia y el progreso; debemos impulsar conjuntamente iniciativas de cooperación y profundizar en nuestras relaciones para la aplicación de políticas eficaces que obtengan resultados concretos y tangibles.
En el proceso de adaptación de la OSCE y en el desarrollo de su actividad creo que es importante la comunicación y colaboración permanente entre las presidencias salientes y entrantes para no perder la perspectiva de la coherencia y la sostenibilidad de nuestra Organización. Por ello, animo a todas las presidencias a continuar con el trabajo de transmitir y contrastar experiencias y perspectivas con los Estados que asuman la Presidencia en ejercicio.
Señor Presidente, señoras y señores…
En Madrid se adoptaron decisiones ministeriales de gran trascendencia y algunas de ellas han tenido un desarrollo muy satisfactorio, sobre todo, las relativas a la lucha contra el terrorismo, la gestión y el tratamiento de aguas, y el fomento de la tolerancia y el entendimiento mutuos, como elemento imprescindible para la convivencia intercultural.
Sin embargo, debemos esforzarnos aún más por afianzar el binomio seguridad-cambio climático en el seno de la OSCE e incorporar la perspectiva de seguridad y progreso intercultural de la Alianza de Civilizaciones, como instrumento para promover el diálogo, la tolerancia y la diversidad.
En el ámbito de la lucha contra el terrorismo, me complace constatar que las dos decisiones adoptadas en Madrid para impulsar la asociación entre los sectores público y privado en la lucha contra esta amenaza han dado sus frutos. La protección de infraestructuras energéticas críticas ha permitido poner en marcha numerosas iniciativas en este año y, por ello, España considera de interés el proceso de reflexión iniciado para identificar prioridades y futuras acciones de la OSCE en materia de lucha antiterrorista.
Creo que es posible ser más ambiciosos e incrementar nuestra colaboración con Afganistán y, por ello, celebramos en Kabul la Conferencia OSCE con los socios asiáticos de cooperación, cuyo grupo de contacto ha presidido España. Confío en que la Organización prosiga apoyando la construcción de este país, cuya estabilidad y progreso redundan en beneficio de toda la región y de la seguridad global.
Señor Presidente, señoras y señores…
España está convencida de que la OSCE desempeñará un papel de gran importancia en los próximos años y considera que se deben ampliar las contribuciones a la Organización. Y más aún, en un panorama de crisis financiera internacional y de contracción de la economía mundial que requiere de fórmulas creativas y de mayores dosis de cooperación multilateral para no erosionar o degradar la seguridad humana.
En los últimos años, nuestras aportaciones extrapresupuestarias han sumado más de 5 millones de euros y hemos decidido aportar algo más de 2.700.000 euros este año para incrementar la capacidad de acción de la Organización. Contribuiremos con 1.500.000 euros al Programa de Destacados Españoles, con 400.00 al proyecto de destrucción de excedentes de armas pequeñas y ligeras. Destinaremos 250.000 euros a actividades de la dimensión humana y la misma cantidad a actividades de la dimensión medioambiental. También haremos aportaciones significativas al programa de lucha contra el terrorismo en materia de documentos de viaje, a actividades y proyectos con los países asociados, así como al programa de mejora de la cooperación policial en la lucha contra el crimen organizado transnacional.
Señor Presidente…
El camino iniciado hace más de 30 años en Helsinki ha tenido en varias ocasiones como referencia la capital de España y ahora nos conducirá a Atenas. Deseamos grandes éxitos a la Presidencia griega en 2009, al tiempo que le ofrecemos nuestra colaboración e incondicional apoyo, pues sus éxitos serán los de la OSCE y redundarán en beneficio de las sociedades y los ciudadanos de los 56 Estados miembros.
Muchas gracias.